ALMA Desarrollo
Este es un espacio con aportes, notas, recursos que apuntan a un mayor desarrollo personal Y organizacional.
17.2.11
15.2.11
Hacia el autoliderazgo.....
Abraham Zaleznick allá por el año 1991 hablaba del “conglomerado del liderazgo”, haciendo referencia a que, tanto directivos como colaboradores debían poner todo de su parte para conseguir que la organización triunfe.
Mientras tanto otro autor Cardona y Garcia-Lombardia (2005) nos definía el liderazgo personal como: la capacidad de guiar la propia vida según unos principios coherentes con una recta comprensión del mundo y de uno mismo, de modo que se consiga finalmente una vida lograda, es decir, una felicidad interior estable y profunda.
El autoliderazgo es en definitiva” la esencia del liderazgo”.
Es aquel que se basa en el autoconocimiento. Esto conlleva un esfuerzo personal, una lucha por mejorar y una constante formación y entrenamiento en hábitos y competencias. De esta forma se logra el mejor liderazgo personal, incrementando el “conglomerado del liderazgo”.
Los supuestos que dan cuerpo a este enfoque son los siguientes:
1.-Todos los individuos se auto dirigen en algún grado, pero no todos son auto líderes eficaces.
2.- El autoliderazgo eficaz se aprende.
3.- El autoliderazgo es conveniente para todas las personas de una organización.
4.- Las personas y el mundo que las rodean influyen entre sí de manera recíproca.
5.- El líder es parte del mundo que rodea a los empleados y viceversa por lo que existe una influencia en ambas direcciones.
6. Una persona no puede dirigir a otros si no se dirige a sí misma. (Manz y Sims, 1993)
El autoliderazgo forja sus bases en la autocrítica, en la capacidad de autoevaluación, aceptación y superación. En la capacidad de aceptar y asumir las limitaciones y errores personales. En la capacidad de entender como somos y como reaccionamos ante distintas circunstancias, tanto en lo personal como en profesional.
El autoliderazgo:
Es la capacidad que todos tenemos de dirigir nuestra propia vida centrándola en nuestro contacto interno y percibiendo nuestras necesidades auténticas.
Es hacerse responsable de que uno construye su realidad con sus posibilidades y límites, y con el poder de elegir cambiarla o no.
Es tener autoconocimiento, y conciencia de nuestro propio poder.
Es respetar y escuchar los mensajes internos: emocionales, corporales, intelectuales e intuitivos para la toma de decisiones; y recorrer caminos nuevos con determinación y confianza.
Es descubrir y potenciar nuestras fortalezas, pero, al mismo tiempo, reconocer nuestras debilidades e intentar cambiarlas.
El gran interrogante es: ¿cómo hago para liderar mi propia vida? La respuesta es sencilla de responder pero un poco más difícil es lograrlo.
Este interrogante comienza a ser develado por cada uno, a través del autodescubrimiento, del ser uno mismo. En la medida que vamos aceptándonos a nosotros mismos en aquellas partes que no aceptamos de sí, vamos volviéndonos más enteros, más íntegros. Empezamos a tener más armonía, dejamos de lado nuestras máscaras, le damos menos importancia a nuestros “roles” que son meros disfraces de nuestro ego y empezamos a dejar aflorar nuestro auténtico “Ser”.
24.10.10
La conciencia, es la voz del alma
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19.10.10
Las paradojas actuales
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12.10.10
EL LIDER DE LOS MINEROS..... UN LIDER EN LA VIDA
Así lo confirmaron a los periodistas los expertos de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) que se han encargado de la preparación física y sicológica de los mineros para el rescate y sobre la base de los resultados de una serie de pruebas deben determinar el orden de salida.
En términos generales, saldrán primero los hábiles, después los débiles y finalmente los más fuertes del grupo.
Aún no se conocen los nombres de quiénes saldrán primero, encabezados, según el ministro de Salud, Jaime Mañalich, por un voluntario. Sin embargo, Luis Urzúa, de 54 años, será la persona que saldrá de último, convirtiéndose en la que más tiempo ha estado atrapada a 700 metros de profundidad y que ha vivido para contarlo.
El rescate propiamente tal, según dijo hoy el ministro de Minería, Laurence Golborne, comenzará a las 00:00 hora local del miércoles (03:00 GMT), cuando en la cápsula en que serán evacuados los mineros desciendan cuatro rescatistas que los apoyarán en ese momento clave.
Urzúa, conocido como “Don Lucho”, fue el primero en hablar por teléfono con el ministro Golborne, tras ser hallado con vida el pasado 23 de agosto, junto a los demás mineros, luego del derrumbe en la mina el 5 de agosto. “Estamos bien, esperando que usted nos rescate”, le dijo Urzúa en esa ocasión, con absoluta tranquilidad.
Sus dotes de liderazgo, demostradas al organizar a los atrapados, racionar la comida, imponerles disciplina, tranquilizarlos y asignarles tareas para soportar mejor el encierro, además de imbuirles esperanza en todo momento, fueron elogiadas hasta por los expertos estadounidenses de la NASA que llegaron a la mina para asesorar a los encargados en técnicas de supervivencia.
Luis Urzúa es conocido como una persona educada, pero de carácter firme. Perdió a su padre cuando era niño, y ayudó a criar a sus seis hermanos menores, se educó por esfuerzo propio y según quienes han trabajado bajo sus órdenes, es un jefe al que nunca nadie le ha escuchado proferir alguna mala palabra.
El rescate de los mineros, una vez comenzado, puede extenderse por unas 48 horas. Ahí se sabrá cuánto tiempo habrá pasado Luis Urzúa en la profundidad de la mina San José. Una marca que seguramente será inscrita en el libro de Guiness.
En términos generales, saldrán primero los hábiles, después los débiles y finalmente los más fuertes del grupo.
Aún no se conocen los nombres de quiénes saldrán primero, encabezados, según el ministro de Salud, Jaime Mañalich, por un voluntario. Sin embargo, Luis Urzúa, de 54 años, será la persona que saldrá de último, convirtiéndose en la que más tiempo ha estado atrapada a 700 metros de profundidad y que ha vivido para contarlo.
El rescate propiamente tal, según dijo hoy el ministro de Minería, Laurence Golborne, comenzará a las 00:00 hora local del miércoles (03:00 GMT), cuando en la cápsula en que serán evacuados los mineros desciendan cuatro rescatistas que los apoyarán en ese momento clave.
Urzúa, conocido como “Don Lucho”, fue el primero en hablar por teléfono con el ministro Golborne, tras ser hallado con vida el pasado 23 de agosto, junto a los demás mineros, luego del derrumbe en la mina el 5 de agosto. “Estamos bien, esperando que usted nos rescate”, le dijo Urzúa en esa ocasión, con absoluta tranquilidad.
Sus dotes de liderazgo, demostradas al organizar a los atrapados, racionar la comida, imponerles disciplina, tranquilizarlos y asignarles tareas para soportar mejor el encierro, además de imbuirles esperanza en todo momento, fueron elogiadas hasta por los expertos estadounidenses de la NASA que llegaron a la mina para asesorar a los encargados en técnicas de supervivencia.
Luis Urzúa es conocido como una persona educada, pero de carácter firme. Perdió a su padre cuando era niño, y ayudó a criar a sus seis hermanos menores, se educó por esfuerzo propio y según quienes han trabajado bajo sus órdenes, es un jefe al que nunca nadie le ha escuchado proferir alguna mala palabra.
El rescate de los mineros, una vez comenzado, puede extenderse por unas 48 horas. Ahí se sabrá cuánto tiempo habrá pasado Luis Urzúa en la profundidad de la mina San José. Una marca que seguramente será inscrita en el libro de Guiness.
11 de Octubre de 2010
EXTRAIDO DE ABC DIGITAL
29.9.10
Sobre la imprevisibilidad de la vida...Romina Yan
El hombre es un ser itinerante. Un viajero que conoce cuál ha sido su puerto de salida y que asume cuál será su puerto de llegada, aún desconociendo cuándo, cómo ni dónde encontrará el punto de culminación de su destino.
En esta tensión existente entre su salida y su llegada, se juega el emocionante viaje, la gran aventura del proyecto humano. A lo largo de este trayecto, sabe el hombre que habrá de enfrentarse, sin dudas, con circunstancias diversas que le reclamarán su máxima habilidad posible como timonel, para no variar el rumbo respecto de su hoja de ruta. Esos ineludibles momentos se le presentarán como “citas a ciegas”, inquietantes encuentros en los cuales uno se debate entre la expectativa y la desilusión. Los elementos externos que hacen a la travesía incidirán con magnitud diversa, pero nunca, por sí solos, serán los responsables exclusivos del curso resultante. La clave, en realidad, será cómo aproveche las brisas y los vendavales con su propio velamen, para acercarse al destino pretendido o alejarse de él inexorablemente.
La vida del hombre se manifiesta siempre cuestionada por la misma existencia, fundamentalmente por cuatro preocupaciones que esencialmente le urgen de respuestas. Su propia naturaleza social lo enfrenta con el tema de la soledad. La presencia del otro o su ausencia; el encuentro o el desencuentro, el apego o el desapego, la cercanía o la distancia, pertenecer o aislarse... Su condición de superioridad dentro del mundo natural, lo dispone al ejercicio de su libertad. Ser libre o someterse, independiente o dependiente, autónomo o autómata... Su condición humana lo arroja a la existencia con la inquietud de descubrirle un sentido, a riesgo de caer en un profundo vacío. Su realidad espiritual, le inscribe un apetito de eternidad que se ve contrastado con los accidentes de su facticidad. Así, soledad, libertad, sentido de la vida y la muerte, son cuestiones que esencialmente le ocupan y preocupan. Será, en parte, su tarea, dar respuesta a estas esenciales y humanas preocupaciones.
Desde siempre se ha visto priorizada como cuestión aquella referida a la muerte. Esa extraña situación humana de apetito de eternidad y realidad finita. Esa casi paradójica circunstancia de estar, por un lado, preparado para saborear lo que va siempre más allá, estando, por otro lado, anclado en el más acá. Como si el contenido fuera el de una esencia fragante y valiosa, y el envase fuera precario. Esa noción de finitud, esa vivencia de transitoriedad de la vida, de fugacidad del tiempo, ha ocupado y perseguido al hombre desde siempre. Casi como siendo su principal dilema. Este lo ha llevado a aventuras de distinto tipo y fortuna, procurando la fuente de la vida eterna, el detenimiento del reloj vital, o la seguridad de la existencia de otra vida más allá de la actual. ¿Quién de nosotros no ha fantaseado en algún momento con lograr vencer a la muerte?
El hombre, tratando de descubrir el territorio que se encuentra más allá del horizonte de la muerte, ha perdido de vista y termina desocupando el territorio que se encuentra más acá de ese horizonte; preocupado por extender el término de la vida o, más aún, por tener certeza respecto de si existe otra vida después de la muerte, ha olvidado y despreciado esta vida que sí tiene –con certeza–, antes de la muerte. De ese modo, pierde la posibilidad de disfrutar y significar cada momento que enhebra su propia historia, perdiendo la oportunidad que ellos mismos encierran.
Ahora bien, es cierto que cuando nos preguntamos acerca de cuál es la preocupación esencial referida a la vida, usualmente respondemos que se trata de la muerte. La fugacidad de la vida. Sin embargo, creo que existe otra preocupación, tan esencial y complicada para el hombre como aquella, que no dice relación con la fugacidad sino con la “imprevisibilidad” de la vida. Es decir, el hombre, no sólo vivencia el afán de extender o superar la finitud, sino también el de controlar las contingencias. Sea como manifestación de su voluntad de poder, de poder controlarlo todo, sea como manifestación de su voluntad de placer, el mantenerlo todo controlado en un estado inalterable, el hombre también experimenta el afán de que todo permanezca en un determinado orden. Pero, ¿responde la naturaleza de la existencia a esa expectativa de, digamos, quietud? Por supuesto que no. La existencia es una realidad dinámica, siempre cambiante, desafiante, que apela al hombre respuestas nuevas, creativas, significativas. Entonces, esa característica de imprevisibilidad que tiene la vida humana, cuyos momentos son imposibles de anticipar con certeza, choca muchas veces con el estéril intento humano de control. ¿Quiere decir, entonces, que el hombre no puede controlar su existencia? Bien, veamos si la siguiente imagen nos permite aclarar el concepto: pensemos en un jinete, intentando domar un potro. Conoce el arte de domar, tiene experiencia en estas faenas, se sube al potro. Ese estar “por encima” de la bestia que debe domar, ese conjunto de conocimientos y experiencias que conforman su preparación, no lo liberan de caer una y otra vez del lomo del animal. ¿Qué es lo que ha sucedido? El hecho de estar “por encima” del animal, no quiere decir que se encuentre por encima del hecho. Es decir, ¿cuántas cuestiones inciden en esa faena? Estar por encima del animal no significa estar por encima de la naturaleza del mismo, por ejemplo. Del mismo modo, el hombre –tal como acontece con la analogía del jinete– sólo puede controlar relativamente su existencia. Existen contingencias que escapan en absoluto de su control. Esta circunstancia es, en muchos casos, demoledora para el hombre, siendo la clave de la vivencia de lo trágico. ¿Cuántas veces pudimos experimentar el hecho de esmerarnos en algo que, finalmente, termina frustrado por un incidente accidental, inesperado? ¿Cuántas veces pudimos sentir que el esfuerzo de toda una vida parece derrumbarse por aquel incidente imprevisto? ¿Cuántas veces derrumbarse por aquel incidente imprevisto? ¿Cuántas veces el curso de nuestras vidas cambió de rumbo a consecuencia de sucesos que sorprendieron nuestra más cautelosa y prudente planificación? ¿Cuántas veces, el paso más seguro, terminó trastabillando a consecuencia de un obstáculo insospechado? La vida parece, finalmente, desarrollarse sobre una lógica que desborda la capacidad humana de anticiparla. Esa imprevisibilidad, enfrenta al hombre con el desafío más inquietante: desarrollar su propio proyecto en medio del cambiante y dinámico terreno de la existencia humana. La única alternativa de mantenerse sobre el lomo del potro, será asirse como rienda al sentido que pueda descubrir, en cada momento de su vida.
¿Ser o no ser?, es la eterna pregunta. Ser uno mismo o ser uno más, puede ser un planteo más contemporáneo del mismo dilema existencial. Resolverlo dependerá, en gran parte, de cómo pueda cada uno de nosotros responder la inquietante alternativa de esas ineludibles “citas a ciegas” que la existencia nos propone.
25.9.10
CASI.......
Quién casi ganó, todavía juega,
quien casi murió está vivo ,
quien casi amó, no amó..
Basta pensar en las oportunidades que se escurrieron, en las chances que se pierden por el miedo.
Me pregunto a veces… qué nos lleva a elegir una vida tibia? Si la virtud estuviese en medio término, el mar no tendría olas, los días serían nublados y el arco iris seria en tonos de gris.
La nada no ilumina, no inspira, no aflige ni calma,
apenas amplia el vacío que cada uno trae dentro de sí.
apenas amplia el vacío que cada uno trae dentro de sí.
Ni la fe mueve montañas, ni todas las estrellas están al alcance,
pero preferir la derrota previa a la duda de la victoria,
es desperdiciar la oportunidad de merecer.
Para los errores existe el perdón, para los fracasos, oportunidad; para los amores imposibles, tiempo.
De nada sirve cercar un corazón vacío o economizar el alma.
Un romance cuyo fin es instantáneo o sin dolor, no es romance.
No dejes que la melancolía sofoque, que la rutina acomode, que el miedo te impida intentar. Desconfía del destino y cree en ti.
No dejes que la melancolía sofoque, que la rutina acomode, que el miedo te impida intentar. Desconfía del destino y cree en ti.
Gasta más horas realizando que soñando, haciendo que planeando, viviendo que esperando, porque aunque quien "casi" muere está vivo... quien "casi" vive, ya murió."
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