Mejor que negar es incorporar…
Para la mayoría de las personas el cambio es una amenaza. Las personas nos manejamos en la vida desde lo conocido. Quedar atrapados en el miedo a la pérdida de lo conocido y la sensación de peligro que provoca lo nuevo, hace que muchas veces dejemos pasar las oportunidades. Pero impedir las modificaciones es en vano, escapa a nuestras posibilidades.
El contexto, nuestros clientes y nuestra organización están cambiando permanentemente aunque no lo podamos percibir en su medida. No sirve que hagamos algo para evitarlo o negarlo.
La sensación del cambio por venir origina incertidumbre pero es mayor la incertidumbre la que genera la resistencia al cambio.
En los tiempos que corren la certeza está en la incertidumbre.
Según nos preparemos para recibirlos los cambios nos encuentran listos o irrumpen derribando las puertas.
Pocos cambios exitosos han surgido por casualidad, la mayoría son planificados. Anticiparse al cambio es tarea del líder. Los líderes ven oportunidades donde otros ven dificultades.
Un líder es un innovador se le ocurren cosas nuevas, escucha nuevas ideas de otras personas, promueve el cambio e invita a otros a aventurarse tiene un pie en el presente y otro en el futuro de su organización y su gente.
El secreto para ver el futuro no es saber, sino descubrir, y el secreto de descubrir es preguntar. Es importante dejar nuestras opiniones entre paréntesis para que no nos molesten a la hora de escuchar respuestas.
El cambio se puede empezar a gestar desde lo más profundo de la organización, lo podemos detectar en el estado de ánimo de la gente, en resultados no esperados o en logros que inviten a un cambio para generar resultados mejores.
Es una actitud propia del líder estrenar lentes nuevos, y observar las señales del presente para aventurarse sobre el futuro